Después de años de vicisitudes y pérdidas, por fin parece creíble que Alcatel-Lucent saldrá del agujero en el que había caído casi desde el mismo momento (diciembre de 2006) en que nació de la fusión entre dos compañías en declive. El jueves pasado, su presidente ejecutivo, Ben Verwaayen, volvía a pedir paciencia a los inversores, sólo que esta vez lo hacía con argumentos de peso: los ingresos de la compañía crecen, y los nuevos contratos, también. Estados Unidos, China e India son las fuentes de la confianza de Verwaayen; en Europa Occidental, el negocio se ha estancado porque los operadores no toman decisiones de inversión en infraestructura.
La noticia ha sorprendido a los analistas, de costumbre escépticos. Los ingresos del tercer trimestre – 4.074 millones de euros – han sido 10,5% superiores al mismo período de 2009, empujados básicamente por el mercado estadounidense, donde la tasa de crecimiento fue del 24%. De aquí en adelante, la compañía cree poder recoger los frutos: tiene contratos en marcha para equipar dos nuevas redes LTE, y uno fresco con Verizon Wireless, de duración cuatrienal. Aunque les toca de cerca la crisis financiera, los operadores móviles de ese país han optado por acelerar sus planes de renovación y ampliación de redes, agobiadas al límite de su capacidad.
El paisaje competitivo ha cambiado mucho en poco tiempo. Nortel, antiguo adversario en quiebra, es ahora propiedad de Ericsson, mientras Nokia Siemens finalizará pronto la compra de la división de redes de Motorola. Por contraste, al temido rival chino, Huawei, se le hace cuesta arriba entrar en Estados Unidos, y lo prueba el hecho de que Sprint, operador con el que tenía muy avanzadas las negociaciones, se ha echado atrás ante ostensibles presiones de no comprar tecnología de ese origen.
De China, precisamente, procede la otra gran noticia para Alcatel-Lucent: la adjudicación de contratos por un total de 1.178 millones de euros con los tres operadores móviles del país: China Mobile, China Unicon y China Telecom le comprarán infraestructura, mantenimiento y servicios. Es un premio a la prolongada presencia de Alcatel en Shanghai, pero también otra prueba de la preeminencia de la política: los contratos fueron firmados el viernes en París, durante la visita de Hu Jintao a Nicolas Sarkozy.
Verwaayen ha señalado una diferencia importante entre los distintos mercados. Mientras en Estados Unidos se invierte para atender el incremento de tráfico de datos móviles, en China y el sudeste de Asia el motivo es la incorporación masiva de nuevos abonados. ¿Y en Europa? El negocio de Alcatel-Lucent ha mejorado algo: de un retroceso del 7,9% en los trimestres anteriores, ha pasado al 0%, pero esto no puede ser motivo de alegría para nadie. Stephen Carter, director de marketing y estrategia de Alcatel-Lucent, advirtió: “dentro de cinco años, todos los dispositivos móviles en las ciudades estarán de una u otra forma equipados para conectarse con Internet, y el tráfico diario se multiplicará por 1.000 (de 8 megabytes a 8 gigabytes por aparato) a mediados de la próxima década”. El mensaje de Carter es un aviso: la tecnología existe, pero hace falta un nivel de inversión y tarifas que remuneren a los operadores por las comunicaciones de calidad.